“- La lectura hae al hombre completo...
Luna de miel
- La conversación lo hace ágil –terció Harriet.
- Y la escritura lo hace preciso –añadió el comisario.”
Dorothy L. Sayers
Descubrí a Dorothy L. Sayers y a su Lord Peter Wimsey hace un par de veranos con El misterio del Bellona Club, una novela elegante y con mucho estilo pero un tanto fría, falta de chispa. No le faltaba nada, en cambio, a la genial Veneno mortal, en la que el antes inalcanzable e infalible Lord Peter se enamoraba hasta la médula de Harriet Vane, independiente, orgullosa e inteligente escritora de novela negra acusada del envenenamiento de su ex amante. La editorial Lumen publicó posteriormente Cinco pistas falsas y Un cadáver para Harriet Vane, que como El misterio del Bellona, se movían con solvencia en el terreno de lo elegante, correcto y por momentos divertido. Vaya, que eran muy inglesas.
Y llegamos ahora a Luna de miel, en la que seis años después del juicio de Veneno mortal, Harriet Vane accede, por fin, a casarse con Lord Peter -sepan que no estoy destripando nada que el potencial lector de Luna de miel no vaya a leer en la contraportada o primera página de la novela-. Pues bien, con esta novela nos devuelve Dorothy L. Sayers a las alturas de Veneno mortal. Quizá no tanto, pero casi. El misterio que en esta ocasión debe desvelar la feliz pareja es la identidad del asesino del antiguo propietario de su nueva casa de campo, cuyo cadáver fue abandonado en la bodega. Y para llegar al quién no queda otra que averiguar el cómo. El porqué no es suficiente, sobre todo, porque, como suele suceder en estas historias y pese aquello del de mortuis nisi bonum, todo el mundo parece tener un buen motivo para desear la muerte de la víctima. Y aunque el cómo es quizá un tanto inverosímil dada la identidad del asesino –como bien señala P.D. James en el prólogo que precede a la novela en la edición de Lumen- no es comparable esta falta de verosimilitud a la que señalaba en El secreto de Donna Tartt. Pues no choca en el sofisticado mundo de caballeros y villanos que la autora ha construido. Como en su día dijo Evelyn Waugh de las historias de Woodehouse, el mundo de Lord Peter es atemporal y ha sido creado por su autora “para que vivamos y nos divirtamos en él.”
Así, recuperan protagonismo las asombrosas solicitud y eficacia de Bunter, el mayordomo, la incapacidad policial, episodios delirantes como el improvisado certamen de citas literarias que los recién casados sostienen con el comisario durante un interrogatorio y, sobre todo, el aturullamiento de Lord Peter Wimsey, un tanto abrumado por la recién contraída obligación de tener que contar también con Harriet. De hecho, las dudas de ambos cónyuges sobre el mejor modo de comportarse tienen no poco protagonismo en esta ágil y bienhumorada historia de rápidos e inteligentes diálogos, que combina a la perfección suspense y sentimiento y los riega, cómo no, con una buena dosis de ironía.
2 comentarios:
Desafortunadamente no he leido mucho Dorothy L. Sayers (en general leo poco de autores ingleses), aunque me gustaría y lo haré. Su detective Lord Peter Wimsey, me agrada mucho, como todos los detectives de la novela negra.
Luna de miel es la segunda obra que leo, y me gustó. Me parece que el ir investigando sobre el asesinato del cadaver hallado por el mayordomo, se hace con mucha inteligencia.
Un libro recomendable, y tu reseña muy buena.
Lord Peter Wimsey es un tipo de lo más carismático. De las que ha reeditado Lumen creo que "Veneno mortal" y esta "Luna de miel" son las mejores.
Muchas gracias por tu visita, Magda.
Un abrazo
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