martes, 9 de septiembre de 2008

UN HOMBRE EN LA OSCURIDAD (PAUL AUSTER)

“...y aunque la verdad suene a mentira, le falta energía o fuerza de voluntad para inventar una historia que parezca más plausible.”

Un hombre en la oscuridad

Paul Auster

Filosofemos y teoricemos un poco. Cualquiera que haya leído un suplemento o revista literaria en las últimas dos semanas, o leído su contraportada, sabrá ya que la recién publicada novela de Paul Auster, Un hombre en la oscuridad, juega con la idea de la existencia de infinitos mundos, derivada de la infinitud de Dios y sus poderes, tal y como la formuló Giordano Bruno en el siglo XVI.

De dicha posibilidad se sirve Auster en la primera parte de la novela para construir una América alternativa, de nuevo en guerra civil (Federales vs Secesionistas), en la que la caída de las Torres Gemelas y la guerra de Irak no han tenido lugar, y a la que, sin querer, es arrastrado Owen Brick (alias el Gran Zavello), para cumplir la difícil misión de acabar con el autor y fautor de la guerra. Y el responsable de tan incivil guerra no es otro que August Brill, crítico literario que, convaleciente de un terrible accidente de tráfico -¿les suena de algo?-, alivia el desasosiego del insomnio imaginando la mentada historia de Owen Brick y la guerra fratricida a la que debe poner fin.

No seré yo quien les fastidie la historia antes de tiempo desvelando el final. De eso ya se encarga el propio Auster –de fastidiar la historia, digo- dando un gran paso atrás a mitad de camino –en la página 138, más en concreto- y evitando la única secuencia lógica y coherente de los acontecimientos, tal y como él los ha planteado. Lean el párrafo anterior y dedúzcanla Vds. mismos. Reconozco que la historia no es fácil de cerrar –como si de una aporía de Zenón se tratara, ya que la cosa va hoy de filosofar- pero al fin y al cabo, no sería la primera vez que autor y personajes se encuentran. ¿No? Es más, lo hicieron no hace mucho en otra novela de Auster -¿recuerdan?-. Y, sobre todo, es él, Auster, quien ha elegido internarse en los intangibles espacios de la metaliteratura y quien nos repite una y otra vez bajo diferentes formas que

“lo real y lo imaginado son una sola cosa. Los pensamientos son reales, incluso las ideas de cosas irreales.”

(ibidem)

En definitiva, que nadie lo ha obligado a tomar ese camino y que ya que lo ha hecho debería haberlo seguido hasta el final. Y este error de fondo, que lastra toda la novela, y provoca incredulidad y frustración en el lector, no es el único, me temo. No acabo de entender por qué abandona la historia más interesante, la de esa nueva guerra fratricida entre Secesionistas y Federales, sin haber explorado las vías tan interesantes que ofrecía. El programa de los Secesionistas, por ejemplo, parece un esquema esbozado por un adolescente para un trabajo de ética:

“Política exterior: no injerencia... Política interior: seguridad social para todos, no más petróleo, no más coches ni aviones, un incremento del cuatrocientos por cien en el salario del profesorado (para atraer a la profesión a los estudiantes más dotados), estricto control de armamento, educación gratuita y formación profesional para los pobres...”

(ibidem)

Como en La noche del oráculo, Auster parece haberse cansado a mitad de camino. La crítica –bastante dividida, por cierto, a propósito de esta novela- ha señalado que es a él a quien oímos cuando se condena la guerra de Irak. Puede ser. De lo que no me cabe ninguna duda es de que es Auster, no sólo Brill, quien afirma lo siguiente:

“Voy con cautela porque veo que la historia puede tomar un camino u otro, y todavía no he decidido el sentido que quiero darle.”

(ibidem)

Toda la novela desprende regusto a improvisación y a falta de elaboración. A estas alturas del partido, el hecho de que la segunda parte de la novela carezca de ligazón -¿qué es lo que busca con las historias sobre la II Guerra Mundial y la Guerra Fría? ¿quizás un contrapunto a la guerra previamente imaginada?- y que recurra de nuevo a elementos una y otra vez utilizados previamente –la enfermedad, la muerte de la esposa, el poder redentor del cine y la literatura- es lo de menos.

Lo de más es que es prácticamente imposible hacer congeniar la integridad como autor con el ritmo de escritura que ha sostenido Paul Auster en los últimos años y que ya va siendo hora de que se tome un descanso. Puede y debe permitírselo. Al fin y al cabo, no sería la primera vez. Entonces volvió con El libro de las ilusiones, una de sus mejores novelas. Así que por aquí, seguiremos esperándolo... de momento.


16 comentarios:

Angéline dijo...

Hola CEci, "Viajes por el Scriptorium" fue una de las pocas novelas que dejé a medias el año pasado. Ya hablamos de esto en su momento pero lo cierto es que si lo hice fue por respeto a él. He leído varias novelas suyas y "Viajes.." le quitaba puntos drásticamente. Yo también apuesto por él (dijo en una entrevista que no escribirá nada mejor que lo que ya ha escrito) y le daré una oportunidad de nuevo, algo más adelante. Sigo pensando que escribe bajo presión, por contrato, en otro caso es imposible que el creador de Fanshawe o Benjamin Sachs acabe enfadando al lector con una dosis de incoherencia como la que cuentas. Esperaremos, pues. Un beso, CEci, me gusta cómo has argumentado tu opinión sobre el libro.

Olvido dijo...

Paré de leer a Auster con La música del azar, hasta entonces me gustaba, hice otro intento con Mr Vértigo y Tombuctú, pero ya no me gustaron, creo que Tombuctú no lo terminé, ya no disfruté de su lectura y su última película ‘La vida íntima de Martin Frost’ me pareció muy mala, así que después de tu crítica, creo que seguirá siendo durmiente.
Un gusto leer tus reseñas
Buenas día

Anónimo dijo...

Hola Ceci! Ya sabes que estaba intrigado por saber que sabor te dejaba la última novela de Auster. Leo tu reseña y no puedo estar más de acuerdo.Como siempre es un placer leerte. No entiendo porque ya metidos en el " berenjenal" que plantea , decide de repente no continuar con él. La segunda parte , esta muy desequilibrada ,y la narración de Brill (Auster) a ratos demuestra que es Auster, a ratos parece escrita por Jaimito. Con todo, no esta a la altura de su obra, pero no cuesta digerirla tanto como Viajes por el Scriptorium. Espero también o que tome un descanso , o que este trabajando en otra novela que nos haga disfrutar como siempre. Un beso Ceci.

CEci dijo...

Hola, Angéline. ¡Qué ironía que por respeto a un autor un lector decida abandonar su novela! Pero te entiendo perfectamente, porque las dos últimas novelas de Auster están empezando a enturbiar el buen recuerdo que tenía de otras anteriores y empiezo a dudar si de verdad me gustó tanto "El libro de las ilusiones", por ejemplo. El otro día el inefable Grisham explicaba que su editorial le obligaba a publicar 5 libros por año. Quizá tengas razón y Auster haya firmado un contrato parecido -salvando las enormes distancias, por supuesto-. Si es así, no lo entiendo, pero ya se sabe que dinero manda... Besos, Angéline

CEci dijo...

¡Qué bien leerte por aquí, Olvido! Lo cierto es que el tiempo es limitado y la buena literatura por leer inabarcable, así que no me extraña tu postura con Auster, si lleva tiempo decepcionándote. Yo en cambio me resisto a dejarlo de lado todavía. "La música del azar me gustó" pero "Tombuctú" me pareció una mala novela. La película de Martin Frost no la he visto ni creo que lo haga. En cambio, "Smoke" me parece genial. Su guión es de lo mejor que ha escrito Auster.
Un abrazo

CEci dijo...

¡Hola, Alberto! Que descanse, que descanse, sin duda, que descanse. Lleva ya unos cuantos años encerrado en el mismo esquema de historia dentro de la historia que casi nunca le lleva a ningún lado. De verdad parece que ha publicado notas para un posible novela, no una novela. En la muy muy generosa crítica del suplemento del Times se dice que tras todo el artificio de esta novela se halla la gran verdad de la metaliteratura: que el hombre necesita de historias para poner orden en la caótica realidad. Y que este "Hombre en la oscuridad" es una suerte de poética de lo que viene haciendo en los últimos años. Como diría un amigo, "no lo veo claro". Pero nada nada. Yo creo que es puro artificio desordenado. Como el propio Auster dijo -muy osadamente- de Borges en una ocasión, "pura fachada".
Un beso

Anónimo dijo...

La cantidad de "obras maestras" que cualquier escritor puede producir es limitada, y es comprensible. Ahora bien, por ejemplo, Joseph Conrad dio muchas mejores novelas "mediocres", por llamarlas de alguna manera, que las que está dando Auster -y así tantos otros, la mayoría, de hecho-. El principal problema de Auster es que no es nadie sin la metaliteratura -ha sido grande gracias a la metaliteratura y por no saber salir de ella se está empequeñeciendo por momentos-, y la metaliteratura es en sí un abrevadero de ideas mucho más limitado que ese Océano del que Conrad lo sacó prácticamente todo.

Saludo.

Anónimo dijo...

Siempre me ha costado leer a Auster, no sé muy bien por qué. Me parece un escritor muy irregular. En cualquier caso, siempre es interesante.
Saludos!

Anónimo dijo...

¡Hola Ceci!

De regreso de mis vacaciones berlinesas vuelvo con las pilas un poco más cargadas y con ánimo de escribir de nuevo. He dejado ya alguna cosilla en A la sombra... Me encanta la capacidad de analísis que tienes y coincico contigo en que la pausa y el descanso pueden aportar renovadas fuerzas a un escritor que como Auster, publicando a dos novelas por año, parece estar un poco exhausto. Un placer como ayer y como mañana leerte. Cuídate mucho

Juan

www.librodearena.com/juanfondevila

CEci dijo...

Pues sí, Auster se lo debe todo a la metaliteratura y lleva ya bastante tiempo repitiéndose. Es más, hay alguna que otra anécdota que aparece en varias de sus historias (la del padre congelado, reencontrado por su hijo 20 años después; que, por cierto, fue ideada por Barrie, el de Peter Pan, tras la muerte de su gran amigo Scott en el Polo.

Un saludo

CEci dijo...

Hola, Rubentxo. El problema es que empieza a ser "regular", pero por haberse instalado en la repetición, la improvisación y el sinsentido.

¡Juan! Me alegro de que ya estés de vuelta. Pasaré ahora mismo por tu casa a leer, supongo, alguna anécdota inspiradora de Berlín. Muchas gracias por tu comentario. Nos vemos aquí y allí.

Un fuerte abrazo para los dos

Jo Ruiz dijo...

Sinceramente, hace tiempo he perdido el interés por Paul Auster. Creo que hace tiempo dejó de publicar novelas realmente buenas, y sólo ejerce el oficio de un escritor ganapán que escribe decorosamente para complacer a sus editores.

Pi Pattel dijo...

Un hombre en la oscuridad es una breve y bella obra. Es una maravillosa, inteligente y delicada oda a la familia. Bajo el techo de la casa de Vermont se encuentran tres generaciones: abuelo, hija y nieta que han sufrido pérdidas inexorables y que necesitan del paso del tiempo, de la evasión de la realidad con el arte (cine, literatura) y de la unión, la confidencia y el amor para curarse y hacer frente de nuevo a una vida que ha sido intensamente cruel. Brick muere cuando Brill está cerca de ser capaz de conciliar de nuevo el sueño y en el momento en que coge las riendas de su pequeña familia (le toca por responsabilidad generacional). Después del desayuno campesino las penas se habrán lamido y la familia seguirá adelante. Lo siento, pero discrepo de la mayoría de opiniones y creo que nos encontramos ante un gran Auster. No es su mejor obra, pero es una de esas pequeñas grandes obras que te agradeces leer. Por mi que no descanse y siga escribiendo tanto y tan bien.

CEci dijo...

Gracias por la visita y el comentario, Pi Pattel. Y no sientas disentir. Es bueno que haya un poco de debate y de momento todos estábamos de acuerdo por aquí. A mí no me ha gustado no sólo porque me ha parecido más de lo mismo -que al fin y al cabo, es marca del autor- sino porque me ha parecido "más de lo mismo", pero peor. De todos modos, no quiero repetirme más y ya decía en el post que la crítica está dividida. De hecho, la primera crítica que leí, del Times, es más que favorable. Aquí te dejo el enlace por si te apetece leerla:
http://entertainment.timesonline.co.uk/tol/arts_and_entertainment/the_tls/article4573146.ece
Gracias por la visita y el comentario y un afectuoso saludo.

Pi Pattel dijo...

Gracias CEci por el link. Ciertamente, es una crítica muy favorable. Tengo varios libros en cartera. Vamos a ver por cual me decido. ¿Alguna propuesta?

Olvido, dale otra oportunidad a Mr. Vértigo ... es divertido, mágico y excelente.

Jo Ruiz dijo...

Bueno, la voy a leer para salir de dudas. También leí la crítica del Times y, sí, es favorable pero también deja claro que no está a la altura del mejor Auster. El tema es interesante aunque no aporta nada nuevo, sinceramente.