“Seguridad, dice Karen Blixen con desdén. A ella le fastidia oxidarse sin gruñir cuando lo que quiere es relumbrar por el uso. Finge que pensar su vida en palabras, eso que la ha convertido en una figura internacional, tiene menos sustancia que la vida de acción que vivió en otros tiempos. En todo caso, al final volvió a casa. Incluso en ella persisten los ecos de la tortuga y el caracol; acarrea la seguridad sobre sus espaldas. La seguridad es un deseo humano... legítimo -¿no es así?- y el hogar, dice el viejo hombre sabio Robert Frost, es el lugar donde, cuando uno llega, es acogido.”
El pájaro espectador
Wallace Stegner
Con la salvedad, quizá, de Cicerón, si es que como tal puede ser considerado, nunca he disfrutado de la lectura de los clásicos del estoicismo. De hecho, recuerdo el estudio de Séneca como una de las tareas más pesadas de mis años de estudiante de Filología Clásica. Y ello, pese a que me identifico con buena parte de su ideario; o precisamente por ello, pues, como a la hermana huraña de aquella brillante comedia francesa, tampoco a mí me gustan demasiado las personas que tienen los mismos defectos que yo. Sin embargo, no es poco lo que disfruto leyendo a Wallace Stegner.
Digo “sin embargo” y digo bien, porque no hay duda de que su narrativa es la de un estoico. Para empezar, en El pájaro espectador, novela que aquí me trae hoy, se cita de modo explícito a Marco Aurelio, Epicteto y al propio Cicerón. Para seguir, sus narradores son hombres maduros o ancianos que soportan con más o menos resignación –después de todo, Séneca también fue un viejo con terrible salud de hierro- la herrumbe del propio cuerpo, simple carcasa del alma. Todo muy estoico, sí señor. Pero donde Séneca, Marco Aurelio y Epicteto se me atragantan, Stegner, a un tiempo sombrío y luminoso, intelectual y sincero, severo y sentido, se alza con brillantez.
Puede que no despierte El pájaro espectador, más gótica y europea, las mismas emociones que la vitalista y americana En lugar seguro, pero se halla estrechamente emparentada con ella. Es más, las palabras “en lugar seguro” se repiten como una fórmula homérica a lo largo de toda la novela y uno de sus conflictos motores es la necesaria y difícil elección entre la Felicidad y la Seguridad, muchas veces en sentidos opuestos en la encrucijada de la vida. Como botón de muestra, ahí tienen el brillante párrafo sobre la baronesa Blixen que abre esta entrada, o bien este otro:
“Y me obliga a recordar qué poco cambia la vida: cómo, sin sucesos dramáticos ni resoluciones elevadas, sin tragedias, incluso sin pathos, un hombre razonablemente dotado y razonablemente bienintencionado puede cruzar la gran cocina del mundo de un extremo a otro y llegar hambriento a la puerta trasera.”
(ibidem)
Poco más tengo que decir, salvo desearles que, como yo, abran el nuevo año con buenas lecturas y, por supuesto, invitarles a que lean, lean a Wallace Stegner.
11 comentarios:
He leído hasta ahora sólo dos obras de Wallace Stegner, "En lugar seguro" y "Ángulo de reposo". Ambas me han gustado mucho, quizá la primera algo más. Apunto para 2011 esta nueva lectura de Stegner como imprescindible, sólo con las dos citas ya sé que me va a encantar.
Me pasa como a Elena, pero aun más limitado. Solo le lei "Angulo de reposo" y me fascinó. Tengo entre mis proyectos inminentes releerlo. El otro día tuve en la mano este volumen que comentas. Igual que Elena, tras leer tu crítica e invitación, se que me tiene que gustar. Lo compraré (en realidad no se porqué no lo compré el otro días, la pinta ya era magnífica, pero ahora iré reforzado). Gracias por el comentario.
Saludos
Estaba pedida para Reyes;-)
Un abrazo Ceci y Feliz Año!
Gracias a vosotros por vuestras visitas. Y sí, Stegner es imprescindible. Se lo ganó a pulso con la magistral "En lugar seguro"
Abrazos varios y feliz 2011
Lo he terminado hace pocos días, es mi tercer Stegner.
Me encanta como escribe, se nota que es un apasionado de la naturaleza.
Una gran historia de amor que al pricipio del libro creí que se centraría mucho más en el hijo.
Si tuviese que decir alguna "pega" al libro diría que la parte de Dinamarca en la que explica la historia entre padre, hijo, hija, la encontré inverosimil, por lo demás todo maravilloso
Es cierto, Madison. Si se analiza por separado, no resulta demasiado verosímil. Pero es con estos episodios como se logra crear el goticismo de esta novela.
Y sí, el conflicto padre-hijo se mantiene tan sólo latente.
Stegner es un maestro.
Muchas gracias por la visita, Madison.
Un abrazo
Maravilloso. Muchísimas gracias por la recomendación. Lo compré anteayer y ayer lo había acabado. Es magnífico. Me recuerda la sensación que me dejó "Angulo de reposo". Evidentemente no tengo más remedio que buscar "En lugar seguro". ¿Has leido sus relatos completos?. Es que los he visto en una edición en inglés y me han tentado.
Me das envidia, Óscar, porque tienes aún por descubrir al mejor Stegner: "En lugar seguro" es, con diferencia, la mejor de las tres novelas que lleva rescatadas Libros del Asteroide, que ya es decir. Y no, no he leído sus relatos completos pero ahora también me tientan.
Gracias a ti por la visita y el comentario.
Un saludo
Simplemente genial. Aunque es cierto que En lugar seguro es un libro de cabecera para mí. Tengo pendiente Ángulo de reposo. Stegner es muy grande.
Feliz año, CEci, que no te saludé en los últimos días del 2010. Eres una fuente inagotable de buenas recomendaciones y ya sabes que los que leímos "En lugar seguro" quedamos como hechizados con Stegner. Quién podría resistirse a él y a tu opinión sobre "El pájaro espectador". Me veo mañana buscándolo por Coruña. Gracias y un abrazo fuerte.
Sí que es grande, sí. A ver si siguen reeditándolo por aquí.
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¡Gracias, Angéline! ¡Feliz año para ti también! Stegner & co. lo ponen fácil, la verdad. Ya me contarás.
Otro fuerte abrazo para ti.
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