Hace
ya unos cuantos años que los amigos de Libros del Asteroide se dedican a darnos
a conocer en cuidadísimas ediciones a joyas de las letras como Wallace Stegner
o Robertson Davies, a cuya recopilación de Cuentos
de fantasmas, por cierto, no puedo esperar para hincar el diente. Se añade
ahora a la nómina el británico Philip Hensher, al que hasta El rey de los tejones conocía tan solo
por un magnífico artículo de The Guardian,
del que procede la estupenda cita que pueden leer a la derecha bajo el lema de "Se dice por ahí..."
Es
esta una novela de personajes, en la que la desaparición de China, una niña de
8 años, le da una excusa al autor para trazar un agudo, preciso, irónico y
lúcido retrato del aparentemente apacible, ético y estético pueblecito de
Hanmouth. Solo en apariencia, claro está, pues la pandilla de biempensantes
viudas, reputados profesores, fanáticos de la patrulla vecinal, bohemios
artistas y dueños homosexuales de tiendas de delicatessen, no son lo que aparentan. No es un punto de partida
novedoso, cierto es, y el planteamiento inicial es sorprendentemente similar al
de la fallida Una vacante imprevista
de J. K. Rowling, pero donde esta se hundía en el fárrago del tópico, la
superficialidad y un esquema demasiado evidente, El rey de los tejones de Hensher sorprende y vuela alto; muy alto,
de hecho. Lo consigue merced a sus agilísimos diálogos y a una caracterización
brillante, así como a un gran talento en el manejo del tempo narrativo y de la comicidad. Y es que esta novela con título
de cuento para niños puede contener, en efecto, secuestros y abusos y tratar males
de la vida moderna como la falta de privacidad o la soledad pero resulta
también condenadamente divertida.
Aquí
les dejo por hoy, amigos míos, no sin antes recomendarles como acostumbro que,
por supuesto, lean, lean a Philip Hensher.