miércoles, 9 de marzo de 2011

UN MOMENTO DE DESCANSO (ANTONIO OREJUDO)

“La universidad española, donde yo trabajé mucho tiempo antes de marcharme a Inglaterra, no solo es mediocre y corrupta, es también inverosímil. ¿Nunca se ha parado a pensar por qué apenas se han escrito novelas de campus en español? Yo se lo voy a decir: porque es imposible escribir una novela sobre la universidad española, que sea elegante y además verosímil. Lucky Jim, de Kingsley Amis, o Small World, de David Lodge, son tan buenas porque la universidad que toman de referencia, la anglosajona, conserva todavía unas formas impecables, aunque por dentro esté consumida por las mismas corruptelas que la de aquí. En la universidad española, por el contrario, la grosería aparece tal cual, sin los ropajes de la buena educación. Una novela realista, cualquier libro sobre la universidad española, aunque sea un libro de investigación como el suyo, está condenado a convertirse en una astracanada. Los que no conocen el mundillo académico pensarán además que es inverosímil.”

Un momento de descanso

Antonio Orejudo

La que desde aquí les escribe ha pasado los últimos siete años de su vida metida hasta el cuello en un departamento universitario –¿han detectado el tropo?-, y es además devota confesa de la novela de campus en general y de Small World de Lodge en particular. Con tales antecedentes no puede, así pues, sino aplaudir las palabras que abren esta entrada, que no sólo son de una lucidez apabullante, sino que desempeñan un papel transcendental en la última novela de Antonio Orejudo. Pues, por más que esta se niegue a sí misma como tal, lo cierto es que Un momento de descanso, además de un divertido e interesantísimo juego metaliterario y de autoficción, es una novela de campus; una que podría haber escrito Kurt Vonnegut o Jonatham Lethem, pero novela de campus al fin y al cabo. Y estas palabras, pronunciadas por una loca de pasmosa sensatez, le proporcionan al autor una coartada que lo exonere de la evidente falta de verosimilitud de unas cuantas partes de su historia, al tiempo que ilustran a la perfección el caballo de batalla de todos los profesores de teoría literaria que en el mundo son: una cosa es la realidad y otra bien distinta la verosimilitud y las más de las veces la realidad no es verosímil.

Esto es una novela de campus sobre la universidad española y resulta muchas veces inverosímil. Completen Vds. el silogismo, por favor, y, por supuesto, lean, lean.

6 comentarios:

Elena Rius dijo...

Me sumo con entusiasmo tanto al comentario sobre la Universidad española (y eso que yo sólo la he sufrido como alumna,no como miembro del claustro)como a tu admiración por David Lodge. Creo que me he leído todas sus obras y he disfrutado un montón con todas ellas.

Angéline dijo...

Pues habrá que leerlo, CEci. Le tengo cierto cariño desde que leí sus "Fabulosas narraciones por historias". No sé cómo será esta novela pero aquella me dejó francamente asombrada. Por sus guiños a tantas cosas y por tomarse el trabajo de dar la vuelta a la realidad, ajustándola a su ficción. El juego de las antihistorias, todo un acierto. Un abrazo, CEci.

Isabel Mercadé dijo...

La universidad española y su grosería es equivalente a la sociedad española y su grosería. Y a muchos de nuestros compatriotas les parece, además, un mérito eso de "no ser hipócritas" y mostrarse tal cual. Son así de machotes.
Gracias por la recomendación.

CEci dijo...

Perdonad el retraso pero no encuentro mucho tiempo últimamente para venir por aquí. Gracias a las tres por vuestros comentarios.
¡Abrazos!

Pedro AC dijo...

Acabo de terminar "Un momento de descanso" esta tarde y, aunque por lo grotesco y disparatado de ciertos pasajes me he reído un buen rato (impagable la medievalista de género), no ha terminado de convencerme. Tal vez porque prefiera una elegancia y una levedad propia de otros fueros que a la narrativa española siempre se le resiste un poco... tengo que meditarlo. De todas formas, qué grande el retrato de Paco Almendra y Virgilio y Augusto Desmoines... todos conocemos a alguno ;)

CEci dijo...

Y tú y yo, Pedro, coincidimos además en referentes extraliterarios ;) Entenderás que el episodio del tribunal y la valoración de los méritos me pareciera de lo más verosímil. ;) También yo me quedo con David Lodge pero eso no quita para que me lo haya pasado mejor que bien. Espero que todo te vaya muy bien por Allí.