“No se puede ser profundo sin superficie”
Todavía no me quieres
Jonathan Lethem
Uno de los títulos de mi fondo particular de películas es Almost famous (Cameron Crowe), en la que el trasunto del cineasta, un jovencísimo y precoz William, recorre la América de los ’70 y despierta a la vida de la mano de Stillwater, una pujante banda de rock cuyos engranajes revelan no estar tan ajustados como podría parecer en un principio: envidias, infidelidades, traiciones, desmedidas ansias de grandeza, falta de profesionalidad... están a la orden del día. Como en toda banda que se precie, vaya.
De las interioridades de un grupo trata también Todavía no me quieres, la última novela de Jonathan Lethem, autor de la genuina y clásica Huérfanos de Brooklyn, de la magnífica La Fortaleza de la soledad, de la desconcertante Cuando Alice se subió a la mesa y la sórdida y distópica Paisaje con muchacha. En este caso, sin embargo, no estamos ante un grupo en alza, sino ante una banda de LA, indie y decadente, cuyo genio creativo es un joven tímido y retraído incapaz de valerse por sí mismo, cuyo vocalista es un veterinario en guerra con el zoo por causa de una hembra de canguro deprimida, cuya batería trabaja en una tienda de artículos pornográficos y cuya bajista, Lucinda –la protagonista de la novela- paga las facturas atendiendo las llamadas de queja de todo quisque en una galería de arte conceptual regentada por su ex-novio. No parecen estos los mejores ingredientes para componer la receta del éxito. Por no tener, el grupo de Bedwin, Matthew, Lucinda y Denise no tiene ni repertorio definido ni nombre propio.
Pero un día “el hombre de las quejas” entra en la vida de Lucinda y proporciona sin saberlo el germen de lo que promete ser un éxito musical: “Ojos monstruosos”. El momento de nuestra banda ha llegado. O eso parece, pero no todo el mundo sabe estar a la altura de las oportunidades que se le ofrecen y el ya de por sí frágil equilibrio de los componentes de la banda se tambalea por momentos ante las promesas de de dejar a un lado el diletantismo de aficionado, de firmar contratos, de ser entrevistados por viejas glorias radiofónicas... de alcanzar el éxito y, en fin, dar sentido a sus vidas.
Todavía no me quieres es una novela honesta, ágil y sencilla, muy distinta al resto de la obra de Lethem, a la que hay que reconocer que ofrece todo lo que promete: diversión desenfadada e intrascendente. Cierto es que no alcanza ni de lejos la altura de sus predecesoras. Seguro que tampoco lo pretende y, como repite “el hombre de las quejas”,
“no se puede ser profundo sin superficie”.