Nueve son las piezas que componen esta colección de relatos –que no les engañe el “diez” del título, procedente de una canción tradicional Spokane- y todas ellas tienen a su particular indio o india excéntrica, su correspondiente dosis de humor melancólico y un tono entre lírico y desenfadado, sazonado todo ello con una pizca de realismo mágico, hasta el punto de que terminan por confundirse unas con otras. Cuando de libros de relatos se trata, suele ser una crítica habitual aquella de “lo irregular del conjunto”. En este caso, sin embargo, el problema es su regularidad. Hay pequeños momentos notables, cierto es, pero una se encuentra con verdaderos problemas a la hora de destacar un relato. Quizá, “si me dan a elegir” –que diría la canción-, me quedo con “¿Qué fue de Frank Snake Church?”, pero por motivos extraliterarios, pues se ocupa de una vieja gloria del baloncesto universitario –o casi- y ya saben Vds. que me pierde el juego ideado por Naismith. Poco más me queda por decir, salvo que mejor pasamos a otra cosa.
UN NUEVO CAMINO
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Aquellos amables lectores que aún se pasan de vez en cuando por aquí habrán
notado que mis entradas escasean cada vez más. Durante unos años, este blog
fu...
Hace 1 semana
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