Pues bien, como no tengo tiempo ni energía suficiente para escribir la crítica que tal novela merece, me ha parecido buena idea inaugurar nueva sección, dedicada a las innumerables perlas de ironía concentrada que el más talentoso de los hoosiers que en el mundo han sido nos dejó como legado. Me callo ya y le cedo la palabra para que ponga en su sitio a esos teóricos de la educación que en su cruzada New Age en pro de lo vacuo y políticamente correcto fueron capaces de llegar en la peor de sus pesadillas, las de Vonnegut, digo, a la celda israelita de un agente doble de la II Guerra Mundial:
“Mi opinión personal es que todo niño debería empezar a tener experiencia con gente real y comunidades reales desde el momento de su nacimiento, si fuera posible. Si, por alguna razón, no se pudiera disponer de esos materiales, entonces deben usarse juguetes.
Pero ¡nada de esos juguetes agradables, suaves y fácilmente manejables que ustedes muestran en el folleto de propaganda, amigos míos! Que no haya nada de armonioso en los juguetes infantiles, no sea que los niños crezcan confiados en que habrá paz y orden hasta que se los coman crudos. [...]
Atentamente, siempre a favor de una pedagogía realista.”
Madre noche,
Kurt Vonnegut, Jr.
2 comentarios:
"Como traficante que soy de momentos apoteósicos y emocionantes, de caracterizaciones y diálogos maravillosos, de comparaciones y suspenses, había esbozado la historia de Dresde muchas veces. El mejor esbozo, o por lo menos el más bonito, fue el que escribí en la cara posterior de un rollo de papel de empapelar". Utilicé los lápices de mi hija; un color diferente para cada una de las principales situaciones y caracteres"
mejor que hable él...
saludos (me gustó -mucho- este comentario)
Porque lo escribió Vonnegut, sin duda ;)
Perdona el retraso, Don Trasto, se me había escapado este comentario. La muerte prematura de Vonnegut nos dejó sin uno de nuestros más lúcidos intérpretes.
Un saludo
Publicar un comentario