Casi al final de El libro de los niños de A. S. Byatt, alias la gran novela inglesa de nuestros días, o no, según se mire y veremos, les hago una breve visita para dejarles otra pequeña ración de cosas bien dichas:
“Los lectores no deberían conocer a los escritores, pensó. Se supone que no deben hacerlo.”
El libro de los niños
A. S. Byatt
2 comentarios:
Eso es muy cierto. En mi caso, cuando me enfrento a la obra de uno cualquiera de los muchos autores que aparecen constantemente en todos los medios y cuyas opiniones, contradicciones, obsesiones, filias y fobias han sido puestas negro sobre blanco infinidad de veces y son ya por tanto de dominio público, me resulta imposible abstraerme de todo ello y “creerme”, por así decir, la ficción que tengo delante. No puedo evitar ver la mano del autor moviendo los hilos y tratando de sermonearme. Es él quien cobra vida y no sus personajes. Es perfectamente posible que eso no le preocupe, sino que le resulte incluso gratificante. Pero, como clamaba (en vano) Don José Ortega y Gasset: “No es esto, no es esto…”
http://antoniolopezpelaez.com
Y tanto que sí y, sin embargo, el texto debería ser autónomo y autosuficiente, bastarse a sí mismo, pero supongo que es difícil abstraerse del todo y siempre acabo leyendo las entrevistas de los suplementos y revistas literarias.
Un saludo
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