martes, 5 de enero de 2010

“Haptworth 16, 1924” (J. D. SALINGER) + BAMBÚ (WILLIAM BOYD)

“Jesus, life has its share of honorable thrills if one but keeps one’s eyes open!”

“Haptworth 16, 1924”

JD Salinger

Mi última lectura del ya extinto 2009 no fue otra que “Levantad, carpinteros, la viga del tejado” del maestro JD Salinger y la disfruté tanto tanto, otra vez, que decidí empezar el nuevo 2010 con el último relato que el citado autor dedicó a esa peculiar familia de iluminados de inspiración zen, inadaptados y lectores precoces y voraces que fueron los Glass: “Haptworth 16, 1924”. Este relato, inédito en castellano y publicado en el New Yorker en 1965, adopta la forma de la eterna carta que el un tanto repelente y profesoral Seymour de 7 años envía a su familia desde el campamento en el que pasa el verano con su hermano pequeño Buddy. En ella muestra ya Seymour una sensibilidad extrema, la misma que llevada a un enfermizo absurdo lo llevará a pegarse un tiro en “Un día perfecto para el pez plátano”. Y es precisamente esa cualidad del primogénito de los Glass la que paradójicamente lo lleva a celebrar la vida en afirmaciones como la que abre esta entrada o la que cierra “Seymour, una introducción”:

“Todo lo que hacemos en la vida es ir de un pedazo de Tierra Santa a otro.”

Pues bien, ese mismo espíritu de celebración alienta las páginas de la recopilación de artículos que William Boyd ha titulado Bambú, por si ya se estaban preguntando Vds. por los motivos de la tan peculiar asociación del título de esta entrada. Dichas piezas versan sobre su infancia y primera adolescencia en África, sobre las vacaciones en la madre patria, la “pérfida” Albión, sobre los fríos años de internado, sobre literatura –no se pierdan, por cierto, las dedicadas al inefable Evelyn Waugh-, las relaciones que esta establece con el cine, sobre las experiencias del propio Boyd con la realización cinematográfica –su película La trinchera trató de la batalla del Somme- o sobre figuras destacadas como Ken Saro-Wiwa, empresario y escritor cuya oposición al régimen militar nigeriano le valió la ejecución a principios de los ’90. En todos ellos demuestra Boyd su entusiasmo, su optimismo y buen humor, su alegría de vivir, que diría la canción. Incluso los sentidos artículos dedicados a su amigo Saro-Wiwa transmiten cierto tono nostálgico antes que amargura y frustración.

William Boyd es además un más que eficaz artesano del oficio de escribir, un gran narrador. Las tramas de sus novelas, de corte clásico, fluyen con agilidad de principio a fin y lo mismo puede decirse de los artículos que en Bambú nos ofrece. Ambas cualidades, su talento narrativo y su buen humor, hacen muy recomendable la lectura de sus textos. Le falta quizá en ocasiones –sólo en ocasiones- una pizca de sal que haga resquemar la herida; esa sal tan característica de algunos de sus compatriotas y compañeros de generación y que el propio Boyd ya repartió en buenas cantidades en proyectos como Nat Tate: An American Artist 1928-1960.

5 comentarios:

Olvido dijo...

Pues yo no he leído nada de él y tomo nota, como tomo nota de todo lo que aquí citas, por cierto todo muy jugoso. Lo último, el extraordinario’Angulo de reposo’.
Buen año Ceci y sigue, sigue;-)
Un abrazo

CEci dijo...

A mí me gustó especialmente en "Las nuevas confesiones", cuya traducción editó aquí Alfaguara. Ya me contarás si te pones a ello.
En cuanto a "Ángulo de reposo", me gustó, por supuesto, pero prefiero "En lugar seguro". Tiene más fuerza, creo.
Buen año para ti también y un fuerte abrazo

Olvido dijo...

Disculpa la tardanza CECI, estoy de acuerdo contigo. ‘Ángulo de reposo me ha gustado bastante pero en algunos momentos es demasiado ‘lenta’ o quizá excesivamente alargada, creo que innecesariamente, y que eso precisamente hace perder la fuerza. Está magníficamente bien escrita, pero a mi lo que más me ha interesado es la relación entre Susan y Oliver, más que la historia del Oeste etc etc, como dice él, lo interesante es cómo estas dos personas tan distintas (crea muy bien los personajes) estuvieron tanto tiempo juntas y en qué condiciones. Y también me gusto la alternancia de la historia con la del narrador. Me parece impecable como se trabaja Stegner las novelas para que parezca que no lo están.
Un abrazo

marisa spina dijo...

Esta muy bueno tu blog Ceci.
Desde Argentina, un beso.
Pez Banana.

CEci dijo...

Pues sí, Olvido. Hay que tener mucho talento para hacer parecer fácil lo difícil. Y Stegner lo consigue, aunque en esta ocasión la traducción no está siempre a la altura de lo esperado.
¡Abrazos!

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Muchas gracias, Marisa. Eres bienvenida aquí al otro lado del Océano.
¡Saludos!