sábado, 18 de abril de 2009

CANNIBALS AND MISSIONARIES (MARY MCCARTHY)

"This society had two talismans: one moral and therefore hypocritical, honored by lip service, and the other material, honored in daily practice and most highly venerated in the form of works of art. In the interior of the Boeing, by one chance in a million, the pair coexisted, even if for the moment the art works were present only nominaly at a second remove."
Cannibals and missionaries
Mary McCarhy

Decía Paul Auster en su inconsistente y vacía Viajes por el Scriptorium que "si se quiere contar una historia con garra, no hay que tener compasión". Cierto es. Cuantas más inhibiciones morales coarten a un autor en la creación de sus personajes, menos vivos estarán estos, menos "auténticos" y "reales" serán. Una cosa es la vida y otra bien distinta la escritura. Lo que como lectores deberíamos buscar, aun más, exigir, es responsabilidad, compromiso e integridad narrativa -la otra no es, en principio, asunto nuestro- y la obra de Mary McCarthy (1912-1989) va bien servida de todo esto. Su ya legendaria afilada palabra y mala leche, que tan temible la hicieron entre el establishment cultural y la bohemia de su tiempo, se tradujeron en su obra en una incomparable agudeza y finura a la hora de crear y retratar a sus personajes, ya se tratara de jóvenes graduadas de Vassar -El grupo-, de pudientes y amargados bohemios de Nueva Inglaterra -Una vida encantada-, de un inocente y confundido joven lanzado al mundanal París en la vorágine de los '60 -Pájaros de América- o de los peculiares pasajeros del Boeing con destino a Irán secuestrado por un grupo de terroristas en Caníbales y misioneros -tristemente descatalogada en castellano-, de la que aquí nos ocupamos hoy.

Corren los primeros '70 y un grupo de bienpensantes y autocomplacientes occidentales se dispone a viajar a
Irán preocupados por las violaciones de los derechos humanos atribuidas al Shah y a SAVAK, su policía secreta. Forman parte de esta embajada un pastor protestante, su anciano obispo, una rectora de universidad, una joven y aguerrida periodista de guerra, un senador americano de edad madura, un sensato y carismático diputado holandés de la Izquierda, un profesor universitario de Oxford y un estrambótico orientalista, más que dado a la botella, que viaja acompañado de Sapphire, su nervioso gato persa -cómo no-. Y en su mismo avión, aunque en primera clase, viaja un grupo de millonarios tratantes de arte embarcados en un viaje turístico que debería llevarlos por diversas galerías y museos iraníes; debería, si no fuera porque Greet y Jeroen, una pareja de terroristas neerlandeses, tienen otros planes para nuestra heterogénea embajada y también -por qué no, si el destino los ha puesto en su camino- para el grupo de millonarios. Los planes de Greet y Jeroen y de sus cómplices palestinos y alemanes no son otros que secuestrar el avión, hacerse fuertes en un deshabitado polder holandés y exigir, a cambio de los rehenes, aquí un Vermeer, allí un Greco, acullá la salida de Holanda de la OTAN y la liberación en Israel de presos palestinos. Ni más ni menos.

Caníbales y misioneros, que toma su nombre del célebre desafío de lógica al que seguro se han enfrentado Vds. alguna que otra vez, es una brillante y redonda tragicomedia, o mejor aún, "comitragedia", si queremos hacer honor a la estructura del 'drama'. Es la comedia inteligente, desternillante y un tanto intelectual del secuestro del avión, en la que se nos regalan escenas grandiosas como la de Víctor velando el cadáver de su gato cual Antígona con Polinices, la de una tripulación tan-tan industriosa y profesional que se empeña en vacunar a un secuestrador contra el tétanos, o la de un grupo de rehenes aplaudiendo burlones las infructuosas búsquedas que deberían conducir a su rescate. Y es la tragedia -aun con pinceladas de humor- de la promiscua convivencia en el polder entre secuestradores y rehenes, de la difusa y escuálida línea que separa a inocentes y culpables, del doble rasero moral de Occidente, de la prevalencia de la ética sobre la estética, o al revés, de la inutilidad o supuesto valor moral del arte y, en suma, de las glorias y miserias del hombre.

Todo ello hace de Caníbales y misioneros una novela improbable -quiero creer que no imposible- en nuestros días. No sólo porque el 11-S haya convertido los secuestros aéreos en ingrediente prohibido de la comedia, sino por su valentía. Pues al tiempo que nos hace reír y disfrutar de su prosa punzante e irónica y muy, muy elegante, Mary McCarthy cuestiona y desafía convicciones firmemente enraizadas hasta el punto de que ya próxima al final de esta magnífica historia, una empieza a preguntarse quiénes son los caníbales y quiénes los misioneros.


6 comentarios:

Chufflo dijo...

"si se quiere contar una historia con garra, no hay que tener compasión"... Eso y no firmar con ninguna editorial el compromiso de entregar una novela por año, so pena de tener que firmar borradores, Mr. Auster.

Lentitud dijo...

Escribir un comentario para decir que estoy de completamemnte de acuerdo con lo que dices en tu reseña me parece una tontería, pero qué le voy a hacer, me ha dado el punto.

Conseguí el libro editado por Planeta en 1979 por medio de Iberlibro, una red de librerías de lance. Me gusta acoger en mi particular asilo a libros descarriados y abandonados.

Lo ya dicho: una brillante y redonda "comitragedia" de una magnífica escritora: Mary McCarthy.

Un abrazo.

CEci dijo...

Pues sí, Javier, es verdad. Pero la presión editorial que algunos autores se echan encima innecesariamente, como visto lo visto ha debido hacer Auster, es un factor externo.
Yo creo que Auster se refiere más bien a las inhibiciones o vergüenzas que pueden llevar a autores a obviar o ignorar ciertos aspectos oscuros o a construir personajes ideales para que todo sea "más bonito".
Saludos

CEci dijo...

Gracias Lentitud. Yo lo he tenido que leer en inglés en una esmirriada edición en rústica que tenían en la biblioteca de la facultad. Es gracioso, la edición es la de Penguin de 1982 y las páginas están muy amarillas pero el lomo estaba intacto... con lo que eso supone para un paperback. Sospecho que he sido la primera en sacarlo de la biblioteca. ¡Qué pena! No saben lo que se pierden...
Un abrazo

Maribel dijo...

Pájaros de América es una de mis favoritas. Estoy leyendo Berenice de Racine porque tenía curiosidad después de leer "Una vida encantada". La única que me defraudo fue "The Groves of Academe".Esta que comentas parece interesante, tendre que conseguirla en inglés.

CEci dijo...

Y con razón. "Pájaros de América" es brillante, una de las grandes novelas americanas del XX, que ya es decir. Gracias por la referencia a "The Groves of Academe". No la conocía. La buscaré seguro.
Un saludo