domingo, 26 de octubre de 2014

TODO LO QUE HAY (JAMES SALTER)



Todo lo que hay es un título tan ambicioso como programático, pues sugiere, desde un principio, afán de totalidad. Y eso es justo lo que ofrece, la suma total de momentos, más o menos trascendentes, que conforman la vida de Philip Bowman, oficial de la Marina en la Guerra del Pacífico y editor de renombre en los glamurosos años de la posguerra estadounidense. Que la peripecia vital de Bowman sea el hilo conductor de esta novela, no obsta, sin embargo, para que se conceda mucho, muchísimo espacio a anécdotas singulares protagonizadas por personajes con una vinculación mínima a la trama principal. Sería este un recurso peligroso en manos de un autor con menos talento o el resultado incluso de una evidente incapacidad de tomar decisiones drásticas -como deben serlo las decisiones- y de mantener el foco en su sitio. En manos de Salter, sin embargo, la acumulación de anécdotas marginales es del todo coherente con lo que promete y ofrece esta magnífica historia enraizada en la mejor tradición narrativa de las barras y estrellas: la vida de un hombre, modelada a partir de una pluralidad de experiencias y encuentros, ora trascendentales, ora insignificantes y dignos, casi, de ser condenados al olvido.
Lean, lean...

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