sábado, 11 de octubre de 2014

LA CHICA DEL VESTIDO DE TOPOS (BERYL BAINBRIDGE)



Entre cómica y desasosegante resulta esta novela de Beryl Bainbridge, una historia de carretera un tanto absurda protagonizada por la cándida e imprevisible Rose y el muy atormentado Harold, inglesa ella y americano él, con un objetivo común: encontrar al escurridizo y casi onírico Doctor Wheeler, mesías o némesis en función del alternante punto de vista, ora de ella, ora de él. Se percibe, no obstante, ese absurdo, como algo consciente y buscado, un elemento que contribuye a hacer aún más densa una atmósfera ya de por sí preñada de malos augurios. La violencia casual se multiplica, de hecho, conforme la singular pareja se va acercando a su destino, por más que Harold y Rose parezcan no advertirla o la asuman con toda naturalidad. Ejercen de fondo, los muy convulsos ’60, con los cadáveres aún calientes de John Fitzgerald Kennedy y Martin Luther King y la promesa, aún real, de otro Kennedy.
No es de extrañar, visto lo visto, que un paratexto de la contraportada, firmado por el siempre lúcido William Boyd, vincule esta novela a Esperando a Godot de Beckett. Poco más me queda que decir, salvo que lean, lean, pues merece la pena. Háganlo, eso sí, dotados de lapicero y dispuestos a añadir la docena aproximada de tildes sobre adverbios interrogativos -en interrogativas indirectas- que el traductor se ha dejado por el camino. ¡Ay!


1 comentario:

Anónimo dijo...

Tuve una experiencia pésima con otro libro de esta editorial. La corrección era tan nefasta que lo tuve que dejar porque me dolían los ojos. Una pena. ¡En todo caso, muy buena reseña! :)