viernes, 2 de mayo de 2014

DESAYUNO DE CAMPEONES (KURT VONNEGUT)



Casi al final de esta lisérgica e inverosímil novela, afirma el Vonnegut  personaje-narrador de la historia que la vida imita al arte, o, al menos, intenta hacerlo y que ese es precisamente uno de los motivos de la infelicidad humana: expectativas demasiado elevadas. Una se espera que su vida tenga un planteamiento, un nudo y un desenlace, cierta lógica interna, y lo único que recibe a cambio es caos.
El Vonnegut personaje-narrador ofrece, en cambio, una historia caótica, rebosante de locura y violencia, donde nada es marginal ni secundario y lo mismo se nos habla de la Guerra Civil Americana, de los genitales masculinos y femeninos, de diversos procesos fisiológicos, la fórmula de la relatividad o iconografía. Y esto, parece deducirse como corolario, es la vida.
Por planteamiento inicial y desarrollo entroncaría, quizá, esta novela con Pynchon o Foster Wallace. El argumento, un vendedor de coches convencido merced a una novela pulp de ciencia ficción que es el único ser vivo del planeta dotado de conciencia y libre albedrío, abunda en la misma línea. Pero donde aquellos se dan -o daban- al exceso verbal, Vonnegut se mantiene fiel a su estilo parco y sencillo, casi simplón, como las ilustraciones minimalistas y un tanto burdas pero más que efectivas que planean por el libro, muchas de las cuales, como el confetti que por aquí tanto nos gusta, piden a gritos ser estampadas en una camiseta.

1 comentario:

Ana Blasfuemia dijo...

Vonnegut es uno de los autores que tengo pendientes y que me duele más que tener tanto libro pendiente. Creo que no me iniciaré con este, que deduzco de tu comentario me vendría mejor leer después de conocer mejor otras obras del autor y que su estilo me sea más familiar.

besos