miércoles, 18 de julio de 2012

EFECTO NOCHE (FREDERICK REIKEN)


“Si uno se centra mucho en una historia, descubrirá cosas que parecen estar relacionadas pero no lo están.”
Efecto noche
Frederick Reiken

El borrascoso verano nos ha dado un par de días de tregua y nos permitió ayer y anteayer visitar las playas cantábricas sin chaqueta ¡o chubasquero! Quien desde aquí les habla lo hace, de hecho, con alguna que otra leve quemadura provocada por el sol mientras estaba enfrascada en la monumental biografía de Dickens de Claire Tomalin, que estos días leo a marchas forzadas, aunque encantada, cómo no, para los amigos del Qué Leer. Sobre ella podrán leer, espero, en el próximo número de septiembre. Si consultan, en cambio, el ejemplar de verano que ahora mismo pueden encontrar en cualquier quiosco, se encontrarán, entre otras cosas, con una crítica nada favorable de Efecto noche de Frederick Reiken que, como simple advertencia, aquí les dejo:

“Efecto noche”
Autor: Frederick Reiken
Traductor: Mariano Antolín Rato
Editorial: Alianza Literaria
464 páginas. 18 euros
[Dos tinteros]

Muchos siglos antes de que la cultura pop se apropiara de conceptos y teorías como los expuestos por el efecto mariposa o los seis grados de separación, ya dijo el viejo Anaxágoras que “todo está en todo”. Tal afirmación parece adoptar Reiken como axioma para construir una rocambolesca historia de biólogos marinos enfermos de leucemia, guitarristas de rock con antepasados nazis, agentes del FBI que persiguen una quimera, peligrosas sectas satánicas, motoristas en coma, veterinarias hipersensibles y un puñado de supervivientes del holocausto, entre otros. Siendo ésta la materia prima, no extraña que las relaciones entre unos y otros resulten, en el mejor de los casos, forzadas, e inverosímiles en el peor, por más que el capítulo final quiera funcionar de llave para interpretar todo el tomo en la línea antes señalada.
Empeñado además en demostrar la mayor, no parece advertir Reiken las repeticiones en las que incurre, pese a los continuos cambios de perspectiva. Esta lectora ha perdido la cuenta, por ejemplo, de cuántas veces se narra la misma versión de la historia de la ejecución de los quinientos intelectuales lituanos. Efecto noche puede considerarse, de hecho, un fallido Rashomon o un cubo de Rubik en el que el color es siempre el mismo. A estas alturas de la partida, el tono New Age o de libro de Autoayuda -natación con manatíes, purificaciones interiores y exteriores en el desierto israelí, interpretación freudiana y jungiana de los sueños- no hace sino lastrar el conjunto y poner a prueba la paciencia del lector.

Publicado en Qué Leer, nº178 (julio-agosto, 2012)


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