Señala
José C. Valés en su magnífico postfacio a la edición de Impedimenta que Edmund
Crispin se encontró siempre entre la espada de su fascinación por un género tan
popular como las historias detectivescas y la pared de una erudición literaria
y libresca capaz de acomplejar al mayor de los eruditos de Oxbridge. Su solución
al conflicto fue de lo más salomónica, crear a un detective capaz de
desentrañar el más retorcido e imposible de los misterios entre lecturas y
lecciones sobre Shakespeare, Donne y Spencer. Lleva este por nombre Gervase Fen
y por gustos y carácter bien se le podría considerar compañero de armas de Lord
Peter Wimsey, la genial creación de otra autora oxoniense, Dorothy L. Sayers.
Fen fue el encargado de resolver
El Misterio de la Juguetería Errante,
sobre la que tratamos por aquí hace ya algunos años, así como los casos de El canto del cisne y Trabajos de amor ensangrentados. Si, en
opinión de quien les habla, las dos últimas se hallaban lejos de las cotas
alcanzadas por la primera, El misterio de
la mosca dorada, nos presenta a un Gervase Fen en plena forma. En ella el
don se encarga de desentrañar quién, cómo y por qué ha asesinado a la odiosa
Yseut, actriz de repertorio, cuya muerte nadie parece lamentar y ni siquiera
parece trastocar el desarrollo de los ensayos para el estreno en Oxford de una
comedia de un director londinense de lo más torturado. El aficionado a las
novelas clásicas del género encontrará todos los ingredientes característicos:
un crimen aparentemente imposible, toda una nómina de odiosos candidatos a
asesino, un segundo crimen previo a la resolución del caso, un escenario un
tanto utópico y, por supuesto, un detective de lo más carismático y sabiondo
digno de figurar en la Historia de la Literatura junto al citado Wimsey, el
padre Brown, Poirot, Miss Marple o, por qué no, el mismísimo Sherlock Holmes.
Así que ustedes lean,
lean...
2 comentarios:
Lo tengo pendiente hace siglos (pero es que las ediciones de Vintage tienen una letra horrible, y pequeñísima -decir esto me hace sentirme muy mayor).
Ahora estoy con La leyenda de los Pendragón de Antal Szerb y algo me dice que te podría gustar mucho también ;)
¡Un saludo!
Si la letra es pequeña, es pequeña, no necesariamente síntoma de presbicia, ;)
Me apunto el título de Szerb, no lo conocía, pero sí promete por lo que acabo de ver.
¡Otro saludo para ti!
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