Hace
ya unos cuantos años que llegan a las librerías buenas noticias en forma de las
coloridas y cuidadas ediciones de Libros del Asteroide. Gracias a ellos hemos
podido disfrutar en castellano del genial Robertson Davies, el soberbio Wallace
Stegner, la ácida Ann Beattie, entre otros, y, desde el año pasado, John Mortimer.
Precisamente este último es el autor de El
regreso de Titmuss, que trae de vuelta a algunos de los pintorescos
pobladores del Rapstone de Un Paraíso
inalcanzable, sobre la que aquí les hablamos hace algún tiempo.
El
tiempo ha pasado y aquel niño relamido, chivato y antipático que hizo carrera
en el partido conservador durante el thatcherismo más férreo y que se convirtió
en el sorprendente beneficiario del testamento del párroco socialista del
pueblo, se halla mejor que bien situado en el Ministerio de Territorio,
Urbanismo y Fomento. Como maniobra para atraer a Jenny Sidonia, futurible
esposa, adquiere la mansión de Rapstone Manor. Los especuladores, sin embargo,
esperan su momento para convertir la mansión, el pueblo y su salvaje reserva
natural en un adocenado parque temático rodeado de parkings y centros
comerciales. Lo que sigue, claro está, es el conflicto de intereses entre la
tradición y las raíces, por un lado, y las neoliberales convicciones políticas,
por otro; no muy acusado, eso sí, pues El
regreso de Titmuss es, ante todo, una comedia, donde el otrora repelente
Titmuss casi llega a caernos simpático y donde todos acaban consiguiendo, más o
menos, aquello que se merecen.
En
el camino vuelve a brillar Mortimer como un gran pintor de caracteres, a los
que trata a un tiempo con afecto y sin piedad y ello redunda, faltaría más, en
diversión a raudales para el lector. De hecho, a quien desde aquí les habla poco
más le queda por decir salvo el no por consabido menos entusiasta ¡lean, lean!
2 comentarios:
Disfruté con la primera como una cría con un juguete. Me encantó la causticidad del humor de Mortimer y espero volver a disfrutar con este a no mucho tardar.
Yo disfruté como un enano con el primero y con el segundo, típico humor inglés.
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