Este rincón no hace sino
acumular polvo y telarañas en los últimos meses, por más que intento robarle
tiempo a los días para poner un poco de orden. Espero sepan perdonarme y no me
abandonen del todo. Les prometo redimirme en las cada vez más próximas
vacaciones estivales, donde intentaré dar cuenta de esa siempre inagotable
lista de pendientes, encabezada ahora mismo, cómo no, por la más que apetecible
Telegraph Avenue del Sr. Chabon. Y no
me crean inactiva. Tras dar cuenta de La
casa redonda de Louise Erdrich, sobre la que podrán leer en el número de
verano de Qué Leer, he retomado la
por el momento magnífica Un paraíso
inalcanzable de John Mortimer, que reúne lo mejor de las letras inglesas y
le añade, además, sal y pimienta.
Mientras termino con
ella y vengo a contarles con un poco más de detalle, les dejo para que se
entretengan lo que en el Qué Leer del
corriente mes digo acerca de la un tanto decepcionante La naturaleza de las lágrimas de Peter Carey.
Por aquí nos vemos. Lo
prometo.
1 comentario:
Yo diría que con "un tanto decepcionante" incluso te quedas algo corta. Yo al leí en inglés y no fui capaz de acabarla. La cogí con mucha ilusión y la decepción fue mayúscula. No hay quien se crea ni a esos personajes ni esa historia. Creo yo, vamos.
Un saludo.
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